Varias camisetas rojas se abrazaron en señal de triunfo. Por TV quedó claro que Inglaterra había sido superior, pero gracias a Roberto Rojas el partido jugado por Chile en Wembley no habría podido terminar a cero. Corría 1989 y la Federación Inglesa juramentaba no invitar nunca más a “La Roja” por su patético espectáculo. ¿Y cuál había sido ese espectáculo? Jugar a la defensiva, reventar el balón hasta el río Támesis, ser verdaderos murciélagos colgados del travesaño y esperar el “milagro” de un contragolpe para hacer el “golcito salvador”.
Pasaron los años, algunos muy malos, otros no tantos. Pero siempre existió la sensación por parte del hincha que Chile pocas veces se paraba de igual a igual con sus rivales. La clasificación a Francia ´98 se cimentó en el Estadio Nacional o la Copa Libertadores de Colo-Colo en 1991 no se obtuvieron triunfos de visita. Faltaba el cambio de mentalidad, salir de “la ratonera” decían otros.
La llegada de Harold Mayne-Nicholls a la ANFP el 2007 significaba la esperanza de un cambio que al comienzo no se vio. Este dirigente de alto prestigio en la FIFA entró a la cancha chica del fútbol chileno… le costó acostumbrarse al perfil criollo de nuestra dirigencia, pero poco a poco comenzó a sanear el fútbol chileno. Indudablemente la contratación de Marcelo Bielsa fue su gran apuesta. Se alzaron las voces que por qué no un técnico chileno, que como se podía pagar un sueldo tan alto, que había fracaso con Argentina en la Copa del Mundo de 2002. En fin, el clásico “chaqueteo” de Chile.
Mayne-Nicholls y Bielsa conformaron una verdadera dupla ganadora. Entre el 2007 y 2010 Chile organizó una Copa del Mundo Juvenil Femenina, salió 3º en la Copa del Mundo Juvenil jugada en Canadá, obtuvo una semifinal, 2º y 1º lugar en tres participaciones del prestigioso Torneo de Esperanzas de Toulón, 2º en las Clasificatorias para Sudáfrica 2010, dos triunfos seguidos en fase mundialista, clasificación a la segunda ronda jugando de igual a igual con la elite del fútbol mundial, fue considerada una de las selecciones revelación de esta última Copa del Mundo. Además, se construyeron estadios, la ANFP vale 4 veces más en su valor patrimonial, saneó el Canal del Fútbol, entre otras obras. Los jugadores se recotizaron… hoy los seleccionados juegan en las mejores ligas del mundo y lo que es más valioso aún, los jugadores con sacrificio, disciplina y trabajo sistemático podían jugar al ataque en todas las canchas, ahogando al rival, exigiéndole al máximo a sus rivales. El jugador chileno no tiene el virtuosismo de los brasileños o la mística de los argentinos o la historia del fútbol alemán, pero terminó creyéndose el cuento.
El hincha se sintió interpretado. Logró una conexión única con “La Roja” y por otro lado, sin ser experto, se dio cuenta que la actual directiva estaba haciendo bien la tarea.
Marcelo Bielsa dijo sabiamente, “el fútbol no se acaba sin mi”. Es cierto. La “Era Bielsa” o la “Era Mayne-Nicholls” en algún momento debía llegar a su fin. La fecha era el 2015 y eso es lo triste. Quedaban 5 años para cimentar las bases del nuevo fútbol chileno del siglo XXI. La mezquindad, la miseria humana, el egoísmo, la ambición, los peores valores de los seres humanos ganaron la elección del 04 de Noviembre. Es cierto, fue a través de una elección… no se trata de tener una postura de tiranía por la vida, pero claramente esta elección no tuvo como resultado el nivel que uno esperaba a los tiempos que estábamos viviendo.
Navarro Montoya escribió en su Twitter una opinión que me parece notable. “Marcelo Bielsa ha utilizado un valor en fuga en estos tiempos de pragmatismo, de valorar el fin por encima del como, ¿que valor ? La Lealtad”. Esa misma lealtad que no encontró Mayne-Nicholls en la ANFP, pero que sí ambos encontraron en todo el pueblo chileno y que perdurará en la memoria colectiva por siempre.